viernes, 24 de febrero de 2017

Vara de medir.

Cuando uno nombra VARA, automáticamente le viene a la cabeza El Tío La Vara. Pero seguro que no hay gente que sepa de dónde viene el nombre. Si, ya lo se. Es de medir. ¿Pero medir el qué? Pues antiguamente no se medían las cosas en litros, metros o kilos. Los litros eran arrobas (eso aún se mantiene), los kilos no recuerdo y los metros, por varas. Si valían para eso, ¿porqué llevar el apellido "de medir"? Muy sencillo. Por que había otro tipo de varas. Para apoyarse, para dirigir al ganado .... Lo normal es que todas esas varas fueran más o menos iguales. En función, claro está, de lo que quisiera medirse. Y de ahí el término. Ahora, que estamos dentro de cantidad de procesos judiciales, se usa ese término para opinar sobre peticiones de condena, sentencias provisionales y definitivas. Por ejemplo, para mí, que el pederasta de Ciudad Lineal se coma por la cara más de un 70% de su condena porque no se puede estar más de 20 años encerrado, me parece que se ha usado distinta vara de medir. Un terrorista creo que está 30 y este pollo atentó contra niñas desvalidas.
Pero eso es otro tema. Otra vara. A la que me refiero yo es la que marca la corrupción en los juicios que vemos desde hace un tiempo. Un imputado (o investigado) es un imputado (o investigado) sea rojo, azul, morado, naranja o cobre azulado con toques de verde cálido. Eso sí, es presunto. Nada está cerrado ni firmado. Otra cosa es un juicio. Estar sentado en el banquillo marca. Pero cabe la posibilidad de que uno quede libre. Y cabe también la posibilidad (esa será segura) que habrá partidos para los que esa absolución no es válida sino que son favores devueltos. Distinta vara. Pero lo que preocupa menos, al menos a mí, es la vara de medir de los jueces, que no de la justicia. Me preocupa más la vara de medir del público. Creo que alguna he escrito acerca de lo que se escribe y lo que se lee. El que lee, cree que el que escribe pone lo que pone por estar de informado. Y el que escribe sabe que mucha gente va a pensar que se ha informado antes de plasmar su idea. O que, hablando a medias, va a conseguir que sus lectores se queden con lo que le importa para crear polémica. Siempre que eso cree debate, es bueno ya que siempre viene bien intercambiar opiniones. Pero también está la diferente vara de medir de los debatidores o debatientes, que es más correcto. Te dejo hablar pero sólo dices tonterías. Tonterías es no dar la razón a la cabeza de lo escrito y a todos los comentarios. Aunque se diga lo mismo de otra manera o se añadan datos que refuercen la opinión principal. Pero también está el rebatir. Los varazos que ellos pegan a los de enfrente, valen para que los reciban los suyos. Con la misma vara. Siempre he dicho que el que es malo es malo, este a mi lado o no. Hay otros que no lo entienden. Igual que creo en la presunción de inocencia. Hay una medida para cada cosa. Y cada medida tiene una vara. Para eso se crearon las diferentes varas. Porque cada distancia tenía la suya. Pero no puedes usar una para medir lo que debería hacerse con otra.

miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Por qué?¿Por dónde?

Dos pescadores andan una mañana en su barca y, de repente, al recoger las redes, ven que, junto a los peces, hay una sirena. Sirena como la pintan lo que hace que a ambos pescadores se les salgan los ojos de las órbitas. De repente, uno de ellos la coge, la mira y la devuelve al mar. El otro, estupefacto, pregunta: ¿Por qué? Y el primero le mira y le responde: ¿Por dónde?
¿Y a qué viene ésto? Se preguntará quien lea la entrada. Muy sencillo. Las aguas bajan turbulentas en la izquierda. Al principio sólo era PSOE pero también Podemos (hoy les llamaremos por su nombre) se ha echado con sus balsas al río. No veo mal que haya debate en los partidos. No puede haber una sola corriente. De hecho no la hay pero todo depende de que de trate interna o externamente. La primera forma es la que ha escogido el PP. Una intermedia, aunque más cerca de la primera, Ciudadanos, del que ya hablaré en El Azote (http://el-azote.blogspot.com). Pero la izquierda cogió la segunda forma. Hay un dicho que oí hace tiempo que decía que siempre es bueno que hablen de uno aunque sea mal. Algo así han hecho, están haciendo y seguirán, Pedro Sánchez, Susana Díaz, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. La gente ha hablado de ellos. El tema de todo ésto está en dos preposiciones y dos adverbios. Por y para por los primeros y qué y dónde por los segundos. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por dónde? ¿Para dónde? Habrá gente que piense que cada pareja de preguntas son las mismas. Puede ya que tienen respuesta parecida. Por ésto, para ésto, por allí, para allí. Pero sólo nos ocuparemos de las que forman el título de la entrada. ¿Por qué? Por no salir, por salir mucho, por no hablar o por hablar demasiado. Eso sí, sólo hablan de ellos. Y eso lo hacen por que la gente habla de ellos y ellos luego vuelven a hablar de lo que dice la gente o los otros implicados. Hay quien tiene más labia, más presencia, más poder de convocatoria, ... ¿Por dónde? Pues el allí que responde a esa pregunta puede tener un final idéntico. Y digo puede porque dudo mucho que haya alguno de los que se creen garantes de las ideas de sus partidos (o de lo que sea que llame Podemos) que piense que va a llegar a la Moncloa por un camino de rosas. El allí de uno es volverse más radical. Eso significa protestas bestias en las que sólo se buscan contenedores y papeleras para romper y quemar (luego llegarán las alcaldesas de sus partidos quejándose de que la gente tira la basura al suelo) pero poco reivindicar. Y todos sabemos lo que provoca eso. Incluso los que organizan pero que no les importa. El allí de otro es luchar desde dentro. Más que nada porque lo más difícil es entrar. Un tercer allí es acercarse a los de su izquierda. Lo malo es que es posible que su gente no comparta alguno de sus allís. Pero hay otros dos personajes, uno nombrado y el otro no, que se sabe que tienen un allí pero no se sabe dónde. Dos de los allís ya se han despejado. Quedan los otros tres. Habrá que ver. ¿Por qué? Para hacer mejor a su país (a su manera, claro). En realidad es para seguir con su estatus. ¿Por dónde? Aquí levanto los hombros. Cualquiera de sus allís allana el camino a otros.