lunes, 9 de julio de 2018

No es no. O si. Segunda parte.

Érase una vez un señor cuya única intención, su única pretensión, su única ilusión en la vida era ser presidente. Daba igual de lo que fuera. Pero como tenía buena imagen, decidió serlo del Gobierno. Lo peor de tener el convencimiento de que se va a conseguir algo sin estudiar las diferentes situaciones, es que puede pasar que no lo consigas. Bueno, lo único que miró es quien le podía ayudar a lograr su intención, su pretensión, su ilusión. Todo ello sin pensar más que en él. Bueno, en él y en su señora.
Pero mira que no salió. Incluso quedó mucho peor de lo que daba por hecho que iba a lograr. Cosas que pasan.
Pero cerrarse en banda no conduce a nada a menos que tengas habilidad porque si no, pierdes el balón. Todo depende de lo que puedas aguantarlo. Y ahí, en esa situación, por mucho "no es no" que se diga, si uno no sabe, aunque tenga apoyo, éstos también tienen que saber estar.
Ha llegado la hora de demostrarlo. Y de momento, pierde.