jueves, 16 de marzo de 2017

La carrera.

Se que ya he escrito más de una vez sobre la izquierda. Bueno, para eso es este blog. El no ser de izquierda hacía que mucha gente me colgara el cartel de facha. Sin saber y sin conocerme. Pero esa forma que tienen (o tenían ya que no recibo tantos artículos por Facebook como antes) me hizo abrir ésto dado que me era más fácil publicar un artículo que soltar una parrafada como contestación.
Pero hoy no voy a soltar parrafadas sino a hablar de lo que veo, leo y oigo. Vamos, como siempre. La carrera por liderar el PSOE ya está en marcha. Antes era calentamiento. Aunque falte un participante. La cosa es así. El PSOE es de izquierda. Pero sólo porque sus orígenes o, porque la gente que lo originaron, se sentaban en la parte izquierda del parlamento. Al menos eso pienso yo. Puede ser verdad, puede ser mentira. Pero como todo en esta vida, se puede ser moderado o se puede ser radical. Pero es izquierda. Y ahí deben seguir estando. No por nada sino porque un país moderno debe tener cubierto todo el espectro político. Guste o no guste, eso también, no sólo es sino que debe ser.
Ahora mismo, el PSOE no sabe ni dónde está ni por dónde anda. Lleva así bastante tiempo. Yo, lógicamente, lo veo desde fuera pero al partido no le han hecho desde fuera. Bueno, si se lo han hecho. Pero más desde dentro. No creo que mucha gente quisiera a Pedro Sánchez como secretario general. Pero, una de dos. O se le puso para manejarle o como si fuera ese niño que patalea por un juguete y a los diez días se cansa y lo deja. Pero, sea como sea, se lo creyó, vio que nadie le decía nada, le gustó el juguete y se vino arriba. Lo malo de las alturas es que ves cuando sube alguien, con buenas o malas intenciones o el golpe si se cae es fuerte. Y al bueno de Pedro le pasaron las dos cosas. Vio que subía gente, mantuvo a la vista a los malos pero fueron alguno de sus buenos los que ayudaron a que cayera/le empujaran. Entre medias, las primeras elecciones y su propósito de ser presidente. Su única fijación. Y para eso busco a gente con la que había hecho buenas migas en las municipales y autonómicas. Pero ellos también, al igual que Pedro, se lo habían creído y se habían venido arriba. Y debían actuar en consecuencia. Precio muy alto incluso para conseguir el objetivo. Pinchazo en hueso y vuelta a votar donde escogió una nueva táctica. Buscar que fueran a buscarle los que habían aceptado apoyarle y los que pidieron mucho que habían cambiado de táctica también. Cogerían lo que les dieran. Otro hueso y empezó el desmembramiento. Con una naturalidad tremenda. Se aplicó aquel dicho de que ella sólo se murió porque la mataron entre todos.
Eso sí, ahora todo el mundo tiene el pegamento para unir todos los cachos que se han ido desgajando. Aunque no lo tengan. Pero estamos en la edad de decir lo que los oyentes quieren oir. Y así estamos. El defenestrado, el supuesto candidato de consenso y el candidato en la sombra que está iluminado por todas las luces, enfocando, sólo de pasada, a los demás. Eso, de nuevo según mi opinión no es bueno porque rompe ese clima de igualdad y fraternidad que se quiere dar. Supuesta igualdad y su puesta fraternidad. Porque no se como quedarán los dos que pierdan. Pero tampoco sé cómo quedará quien gane. Es una carrera de obstáculos en los que las vallas son los mismos candidatos y sus apoyos.
Suerte a todos y que Dios nos pille confesados. Hasta saber que dice el ganador tras bajar del podium y dar la rueda de prensa.