Creo que a todos los miembros del gobierno de Zapatero les puse mote. No es que me cayeran bien o mal. Era por culpa de su jefe y de la forma de repartir ministerios como quien da cartas al principio de una partida de mus. Me parecía un gobierno de cara a la galería. Más que nada para que le vieran y hablaran de el que de gobernar. Porque, digan lo que digan, Zapatero aún no se cree que hubiera ganado dos elecciones y mucha de la gente de su equipo hubiera llegado tan alto. Pero eso es otro tema.
Salvo el día que hubo el traspaso de cartera, día solemne, creo que nunca la vi sin una sonrisa. Más o menos grande. Pero una sonrisa. De ahí que la llamara la "ministra sonrisa". Desconozco lo que hizo mientras era ministra de Defensa, aparte de visitar a nuestros soldados en el exterior y coger la baja por maternidad (creo que esa fue la única razón por la que una mujer estuvo al frente de un ministerio de los fuertes), claro. Si tengo claro su labor al frente del Ministerio de Vivienda. Nada. Nada de nada. Pero seguía con esa sonrisa que superaba la de Joker de Zapatero. O la de la "ministra niñata". Son de esas sonrisas que despiertan. Que te despiertan. Y así se la recuerda hasta el último momento. Tampoco se la labor que hizo ni en el PSOE ni en el PSC. Ni lo sé ni me importa. Y tampoco sé sí toda la gente que estuvo ayer en el homenaje lo hizo de corazón, para aparentar o para salir en la foto. Viéndola durante estos años, oyéndola durante estos años, uno se da cuenta de lo que se ha perdido. Una mujer tranquila, correcta, sonriente, ... Algo que, en estos momentos, igual necesitaría su partido. Descanse en paz.
P.D.: Me hizo gracia (no por nada más porque hacía tiempo que no la veía) ver a la del acontecimiento planetario. Y faltó gente. O yo, por lo menos, no la vi.